Tanto tiempo
atado a la costa,
cuanto temor,
temor al
infinito, a lo desconocido,
el futuro, el
resto de tu vida.
Soltarse,
salir al vasto mar,
romper estas
amarras y navegar.
Hay quienes
arrojan piedras para hundirnos,
se quebraran
ellos en mil pedazos
transformados
en sal,
sus rocas solo
provocan olas,
que de aquí nos
alejaran
malicia que
resulta en su deceso
y en nuestro
movimiento.
Tormentas en
un mar que no cede
de seguro
hemos de encontrar,
batallar
contra ellas, resistir,
será placentero
el hecho de soportar su furia,
salir airoso
de la destrucción del viento y el agua,
que merito tendríamos,
si nos quedásemos
atados a una calma
y suave orilla.
Navegaremos,
veremos maravillas,
pero un precio
hemos de pagar.
Algunos
abandonaran el barco,
la cruel travesía,
quebrara a otros.
Hemos hecho
algo mal?
Nada de eso,
es el
resultado de ir siempre más allá
de navegar, enfrentarse
al infinito
siempre tendrá
consecuencias.
Toda la
historia,
hiere mi
cuerpo, marca mi alma,
guardare todo
para mí,
pues somos
cientos aquí,
y yo, he
entendido el motivo de mi ceguera,
y ver, no es
placentero,
más de uno aquí,
se doblaría si yo contara la visión.
Cada vez que
me hundo en ese eterno azul,
reflejado
arriba, abajo, da igual,
solo veo que
se forman negras nubes,
mi cuerpo se
estremece todo.
Las visiones
me quiebran,
allí hay dolor
y…
contradiciéndolo
todo, placer también, y eterno sosiego.
Si reía cuando
reías,
ya no más,
si saboreaba
tu aire,
ya no más,
si nuestros
labios se encontraban,
ya no más.
Se escapa el
alma, se endurece el corazón,
tentado por
las negras fauces del mar,
tentado a
saltar hacia ellas.
Lo hare, deseo
sufrir por ti, no por mí.
No quiero
verte partir,
no es mi deseo,
ser quien cubra tu tumba,
ahogarme
antes, que todos aquí, en rezos pido,
llévate espuma
mi cuerpo y todo lo demás.
Ya parte de mí
se ha desprendido,
en cada noche,
donde
esqueletos me visitaban,
atormentándome,
flagelándome,
no despiertes
mente,
no despiertes
alma,
nos quieren aquí.
La orilla no
existe ya,
creo, debo,
descansar un
poco más,
he perdido
mucho,
espero haya
valido la pena,
debo,
arrojarme con
la próxima tormenta.
Dejarlos solos
navegar,
más livianos, más
soñadores,
los míos, han
perecido, varias lunas atrás.
Estaré un
momento,
solo es carne
y huesos,
ya me ha
vencido la visión,
desgarrado me
inclino,
he sido
amarrado con nuevas cadenas,
cadenas, en el
fondo del mar.
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