Hemos nacido?
Hemos sido expulsados entonces del seno de la paz,
la tranquilidad y el sosiego,
del saber que no hemos de ser presas de los cuervos
negras aves que revolotean bajo y dentro de las tumbas
buscando en los ojos,
vestigios de lo que sea un alma.
Vivos?
Tu bosque crece frondoso, verde,
aquí a tu lado,
veras las cenizas amándose con el viento,
en este, mi bosque,
florecen los cuerpos
de aquellos que han escuchado el sonido del tiempo.
Inevitable?
Permíteme que e la risa me lleve,
no es una burla,
es otra manera de llorar,
la nada, la que nos absorbe en pensamientos eternos,
la palabra con más significado que cualquier otra,
la palabra menos definida por los eruditos,
la que lleva a la liberadora locura,
al borde del precipicio.
Esa nada somos
antes de ser
las fáciles presas
para estas aves negras del tiempo
Tiempo, cielo e infierno.
Si es que así existen en tu cabeza.
Cuantas veces nos aferramos
a lo invisible
a lo inexistente.
Inevitable?!
Insisto en preguntar,
no, no lo es,
no para nosotros,
la nada misma.
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