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Infinito



Atrapado
infinito camino
obscuro se dibuja el horizonte
cruzando ríos de dolor
tortura y muerte,
ojos malditos que saborean dolor ajeno
pensamientos que aún se mantienen fuertes
mente que cierra mis ojos
obstruye mis oídos
esquivando desgarradores gritos.

Atrapado
en infinitos caminos
un solo destino,
finito destino
el único, el irrepetible,
faltando el respeto a mis sueños.

Obscuro horizonte
tus ojos se muestran en el pálido cielo
pequeña luz, en esta inmensa y absorbente noche
acelerando el paso
derribando a aquellos que se arrojan sobre mí,
aquellos que se alimentan de dolor,
de sangre.

Llegada inminente,
volver hacia atrás, imposible,
se ha borrado el pasado,
sigilosa noche cubriéndolo todo,
preparada para embriagarme con sus excesos,
para llevarme en sus brazos.

Final, comienzo.
Donde se está?
Oídos sordos,
ojos ocultos,
sentidos dormidos,
paso firme
continúo mi camino.

Susurros,
rezos, hechos alaridos,
cansado de mi movimiento
he de saber,
que estoy ingresando,
maldigo al ver más encrucijadas,
una vez más, decisión.
Rasgando los telones de la noche
me adentro más y más en su seno,
no hay preguntas
ni dudas,
el pensamiento se apaga,
tu reflejo,
engaño o realidad,
ya estoy inmerso
la profundidad me abruma
y en ella me ahogo.

http://poesiasoscuras.blogspot.com.ar/

Comentarios

sebastián M dijo…
Qué intenso poema.

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  Como ha de ser posible que la cumbre del dolor no sea física, la carne se desvanece en el abre y cierra de una estrella moribunda.   Si recorres este tramo final junto a mí, podría decirte, pequeña noche, que te extraño, pero no he sido tocado por ese tipo de sentimiento o sensación, lo que siento es dolor, en otra dimensión de este cuerpo, de esta cabeza que dirige.   Atrás quedaron los días en que mi cuerpo vencía furiosos ríos, caídas en rocosas montañas, atrás quedaron, porque me los has robado, solo me queda la ceniza de algo, y la nada, soy tan ignorante que no me queda nada.   Te rodeo para ver lo pálido de tus ojos sin vida, descubro, que tienes dos espaldas para darme, el sabor amargo no se va, todo es normal, normal, estos Domingos de caída infinita, vacíos que jamás serán llenados.   Escapar no es una opción, dormir, quizá, solo si marcas una cruz en mi frente, solo si incendias el lecho, solo si el viento sopla,

Reloj

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