Precipicios
Morir,
antes de que
sea demasiado tarde,
de todas
maneras
el hambre
nunca será satisfecha,
y la sed,
insaciable sed.
Fuego que
nunca es demasiado,
luces que jamás
brillaran en nuestro interior,
la espera,
siempre
innecesaria.
Demasiadas
calles que recorrer,
tantas casa
abandonadas
donde
descansar,
sombras que
miran escondidas,
díganme hacia
donde
han huido sus
dueños.
Abandono,
solo un
sentimiento agregado,
la multitud,
no logra
horrorizar a la soledad,
solo son
figuras necesarias,
para completar
el cuadro.
A filo del
precipicio ya me encuentro,
admiro a estas
rocas,
su eternidad,
su frio,
en fuerte
abrazo me uno a ellas,
mi piel se
abre sobre ellas.
Eternidad y
muerte,
tan
diferentes?
O exactamente
iguales?
Ahora que dado
de beber a las rocas,
podre
recordarlo?
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