Ir al contenido principal

Palabras

No ambiciono

a buscar alfabetos secretos,
ni deseo
buscar las palabras
más extrañas
de mi lengua,
solo deseo decir,
preguntar,
gritar,
mientras me ahogo
en dolorosas lágrimas,
¿Por qué?,
¿Por qué has muerto?
¿Por qué arrebataste tu ser
de esta egoísta tierra?
¿Por qué vaciaste tus venas
en los ríos de los que vagan
eternamente en profunda pena?

¿Por qué dejaste tirado
a la suerte del destino,
otro cuerpo,
otra alma?

Cuerpo que extraña,
alma que arrastra tus cadenas.
Retorciéndose en cada recuerdo,
dolor
en cada latido.

La eterna pregunta
sin respuesta alguna,
pues te has llevado
el sonido tu voz,
las verdades
que tanto tiempo
consumiste en descubrir.

Ciego,
sordo,
inmóvil,
de piedra,
ha quedado aquí otro cuerpo,
castigado por los días,
levemente curado por las noches,
una lagrima eterna
en su ojo izquierdo
pues el derecho
ya se lo ha arrancado
de tanto llorar,
piedra,
mirando siempre al mismo lugar,
ese lugar,
en el cual
me ves y te ríes,
ese,
en donde vives ahora.

E.I.     

http://poesiasoscuras.blogspot.com.ar

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Recuerdo fugaz de aquellas llamas que alguna vez me rescataron de un asolador invierno, cuando ya solo creía que la desolación y un frio vivir era todo lo que existía. Llamas que se han extinguido, olvide su lento proceso, el que yo había iniciado, mi mente vagaba por otros mundos, y mi cuerpo, casi sin vida, allí, entre brazos que iban escapándose sigilosamente. Encerrado, mis ojos no desean abrirse hoy, descansan en la obscuridad, tus brazos han escapado, el castigo es claro y el frio se cierne sobre mi otra vez. Una prisión, construida por mi egoísmo, una realidad que me aprisiona, un mundo en mi mente que me libera, abro un instante mis ojos, no ven nada más que espacios en blanco, que dañan, que muestran la irrefutable verdad, escucho a lo lejos una palabra, un puñal. Habitaciones vacías, sueños que se desvanecen en un interminable blanco, mientras me encuentro solo aquí, ya no hay fuego, me ahogo en un f
  Como ha de ser posible que la cumbre del dolor no sea física, la carne se desvanece en el abre y cierra de una estrella moribunda.   Si recorres este tramo final junto a mí, podría decirte, pequeña noche, que te extraño, pero no he sido tocado por ese tipo de sentimiento o sensación, lo que siento es dolor, en otra dimensión de este cuerpo, de esta cabeza que dirige.   Atrás quedaron los días en que mi cuerpo vencía furiosos ríos, caídas en rocosas montañas, atrás quedaron, porque me los has robado, solo me queda la ceniza de algo, y la nada, soy tan ignorante que no me queda nada.   Te rodeo para ver lo pálido de tus ojos sin vida, descubro, que tienes dos espaldas para darme, el sabor amargo no se va, todo es normal, normal, estos Domingos de caída infinita, vacíos que jamás serán llenados.   Escapar no es una opción, dormir, quizá, solo si marcas una cruz en mi frente, solo si incendias el lecho, solo si el viento sopla,

Reloj

La velocidad del tiempo, ese tiempo, la velocidad de su “no” vida, su “no” muerte, su fugaz paso, tantos rostros, tantas manos, las palabras se amontonan, las hojas, en brillante blanco se visten, los ojos enrojecen, la debilidad lo asquea, lo precario de los cuerpos, lo aflige.   Sabe que esto, es la mejor y más cruel broma de todos los tiempos, desafiando a quien reirá al final, desencajada carcajada, mientras mira al cielo.   Ya no ríe, solo se mueve, no fue niño, pues no hay pasado, no fue viejo, pues destrozo su futuro. Y hoy está aquí, como la lluvia, va, viene, amado, odiado, ignorado, el tiempo lo borrara por completo él lo sabía, y, aún así, ríe. http://poesiasoscuras.blogspot.com/ E.I.