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Todo, nada, obscuridad

Detrás de una nada infinita e indescriptible,

detrás de tu pasar,
perdura,
detrás de tu obscuridad,
perdura,
ahoga,
aun así,
existe, algo más profundo que esa “nada”
que te acompaña.

Es la que existe
desde antes de todo,
mucho antes de que tú tuvieras un pasado,
antes de que tu “nada”
fuera “algo”,
tu “todo”.

Vienes del mas allá
de la simple combinación
de líquidos, cuerpos,
existir
y no ser,
existir,
y ni siquiera ser
un miserable pensamiento.

Accidente,
trágico accidente,
el tiempo acarreando tu bolsa,
la vida arrancadme de algún vientre,
feroz velocidad del tiempo,
puedes verte ahogado
entre sangre y demás.

Empujado a vivir,
sentenciado sin poder hablar,
el momento no se detiene
no puedes saborearlo,
se ha ido,
sin besos, sin abrazos,
y el siguiente,
ya ha pasado.

Los cuerpos se rozan,
la pelea es desigual,
te enfrentas a mis ojos,
me reduces a nada,
pasas frente a mí
tocas mi cara
y desvanezco.

Después de la locura
de pensar en la nada, en todo,
y en la obscuridad,
me recuerdo en tus brazos,
me recuerdo ardiendo en algún infierno,
alguno de los eternamente cuestionados,
recuerdo el tiempo aplastando mi cara,
la mano del que es y no es
apretando mi corazón,
arrancando mi alma,
apagando el sol.

E.I.

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