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....quizá porque la cobardía ejerce demasiada presión, porque es superior a los actos inesperados, el que no pueda hablar, el que cierre mis ojos, es cobardía , es miedo, es el temor inútil de perder lo que no se posee, cual niño que cierra sus ojos y oculta la luz de sus ojos, creyendo que en una obscuridad irreal no será visto, que pasara desapercibido, y saldrá triunfante de su escondite.

Quizá, porque tanto desee tomar la ruta de las palabras en lugar de hacer que las cosas pasen, en lugar de representar la escena, de rozar tu existencia y hacerme notar, dar a conocer a esta vida que formo parte de ella, aunque mi mente, mi ser, no lo quiera así, aunque ella no lo quiera así, ya que fui su error.

Ahogado en palabras que olvido, que olvidaran. Palabras que carecen de sentido cuando han sido paridas a la realidad maldita del día, palabras que solo viven,
crecen y tienen sentido en mi cabeza. Estúpida mente. Me engañas, dejo que lo hagas.

Soñador, terreno, débil, llorando tras las paredes por lo que nunca sucedió, por aquello que hace sentirme culpable, la culpabilidad de no empujar esta puerta. Y ver, ver.

El molesto aparecer, en momentos inoportunos, cosechando odio y reniego, solo fue un acto que escapo de la guardia de mis temores y completamente inocente llego a su destino.

Ahora revelas odio, me he convertido en el ser desagradable, el de mis palabras.
Es esta mi vida, o estoy en al costado de algún camino que he inventado?

No creo que lo sea, no veo realizarme, ese ser, no he de ser yo. Soy este, mirando, inmóvil, junto a un árbol, creo que puedo ver sus raíces. Veo bajo tierra, allí me encuentro.

Quien escribe estas palabras?. Estoy enterrado. Que he de ser?. Que podría haber sido?. Quien?

Cuando aun sentía que todo era uno, cruzo algo por mi mente, se produjo mi desarraigo, mi quiebre, soñaba en tus brazos, y dormía en una cama de clavos. Caminaba en calles de fuego y animales hambrientos, pero paseaba contigo.

Me han arrancado el sabor, la vista, los sentidos. No comienzo una nueva etapa, todo ha terminado. No existe tal cosa como "volver a empezar".

Es siempre un eterno final.

Comentarios

Ame dijo…
me gusto mucho este blog... y en particular este poema?... :D

saludos, aunque no te conozca... :P

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Reloj

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  Como ha de ser posible que la cumbre del dolor no sea física, la carne se desvanece en el abre y cierra de una estrella moribunda.   Si recorres este tramo final junto a mí, podría decirte, pequeña noche, que te extraño, pero no he sido tocado por ese tipo de sentimiento o sensación, lo que siento es dolor, en otra dimensión de este cuerpo, de esta cabeza que dirige.   Atrás quedaron los días en que mi cuerpo vencía furiosos ríos, caídas en rocosas montañas, atrás quedaron, porque me los has robado, solo me queda la ceniza de algo, y la nada, soy tan ignorante que no me queda nada.   Te rodeo para ver lo pálido de tus ojos sin vida, descubro, que tienes dos espaldas para darme, el sabor amargo no se va, todo es normal, normal, estos Domingos de caída infinita, vacíos que jamás serán llenados.   Escapar no es una opción, dormir, quizá, solo si marcas una cruz en mi frente, solo si incendias el lecho, solo si el viento sopla,