Ir al contenido principal

He visto el deceso,
fue sueño o premonición?
entre los últimos temblores del miedo,
mente y cuerpo se desploman extenuados.
Concilio el sueño.

El miedo mece el lugar de mi descanso
quizá, el haya influenciado mi sueño.
El más profundo de los temores,
me he consumido.

Desagradable tristeza,
sentir que se llora, mas no derramar lágrimas,
gritar hasta la afonía, y jamás ser escuchado.
Ser atravesado por cuerpos en movimiento,
no soy visible, no soy tangible.

Y ahí, me veo yacer,
inmóvil e inexpresivo.
Piensa un momento antes de lanzarme a la locura,
estoy entendiendo.

He muerto, alguien susurra a mi lado,
ya es tiempo,
debo abandonar el cuarto,
mas este, está repleto de personas.

Veo lágrimas, algunas expresiones que denotan dolor,
otras de indiferencia, y suficientes de alegría maliciosa,
que hacen aquí?
Nadie ha sido invitado a mi hogar.

Alejándome hacia donde la luz es más fuerte,
nadie me ve deslizarme,
prefieren verme en aquel lugar de mi descanso,
qué tristeza profunda siento hoy.

Desconsolado,
no deseo marcharme aun,
inmóvil en esta especie de balcón,
no deseo ser visto en este, mi estado.

Dios mío, que profundo este dolor que infringes,
el corazón se presenta, por primera vez.
Se han secado mis ríos,
me ha drenado esta pena.


En un momento, despierto,
ha sido un sueño,
no estoy tranquilo,
la vida es la interpretación de los sueños.

La realidad no es un sueño quizá?
No vivimos de nuestros sueños?
Son el camino de la vida, caminos sin finales.
He soñado algo que temo? o algo que ansío?

He despertado, la realidad supera todo,
camino hacia donde la luz es más fuerte,
no hay nadie aquí,
miro hacia atrás, puedo verme yaciendo,
aun no he despertado.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Recuerdo fugaz de aquellas llamas que alguna vez me rescataron de un asolador invierno, cuando ya solo creía que la desolación y un frio vivir era todo lo que existía. Llamas que se han extinguido, olvide su lento proceso, el que yo había iniciado, mi mente vagaba por otros mundos, y mi cuerpo, casi sin vida, allí, entre brazos que iban escapándose sigilosamente. Encerrado, mis ojos no desean abrirse hoy, descansan en la obscuridad, tus brazos han escapado, el castigo es claro y el frio se cierne sobre mi otra vez. Una prisión, construida por mi egoísmo, una realidad que me aprisiona, un mundo en mi mente que me libera, abro un instante mis ojos, no ven nada más que espacios en blanco, que dañan, que muestran la irrefutable verdad, escucho a lo lejos una palabra, un puñal. Habitaciones vacías, sueños que se desvanecen en un interminable blanco, mientras me encuentro solo aquí, ya no hay fuego, me ahogo en un f

Reloj

La velocidad del tiempo, ese tiempo, la velocidad de su “no” vida, su “no” muerte, su fugaz paso, tantos rostros, tantas manos, las palabras se amontonan, las hojas, en brillante blanco se visten, los ojos enrojecen, la debilidad lo asquea, lo precario de los cuerpos, lo aflige.   Sabe que esto, es la mejor y más cruel broma de todos los tiempos, desafiando a quien reirá al final, desencajada carcajada, mientras mira al cielo.   Ya no ríe, solo se mueve, no fue niño, pues no hay pasado, no fue viejo, pues destrozo su futuro. Y hoy está aquí, como la lluvia, va, viene, amado, odiado, ignorado, el tiempo lo borrara por completo él lo sabía, y, aún así, ríe. http://poesiasoscuras.blogspot.com/ E.I.
  Como ha de ser posible que la cumbre del dolor no sea física, la carne se desvanece en el abre y cierra de una estrella moribunda.   Si recorres este tramo final junto a mí, podría decirte, pequeña noche, que te extraño, pero no he sido tocado por ese tipo de sentimiento o sensación, lo que siento es dolor, en otra dimensión de este cuerpo, de esta cabeza que dirige.   Atrás quedaron los días en que mi cuerpo vencía furiosos ríos, caídas en rocosas montañas, atrás quedaron, porque me los has robado, solo me queda la ceniza de algo, y la nada, soy tan ignorante que no me queda nada.   Te rodeo para ver lo pálido de tus ojos sin vida, descubro, que tienes dos espaldas para darme, el sabor amargo no se va, todo es normal, normal, estos Domingos de caída infinita, vacíos que jamás serán llenados.   Escapar no es una opción, dormir, quizá, solo si marcas una cruz en mi frente, solo si incendias el lecho, solo si el viento sopla,