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Detengo la vida
en mis sueños,
llenos estos de éxtasis,
olvidar el paso del tiempo,
dejar esperando en el portal
a la dama de rasgados velos negros.

Es que mi alma ha perecido,
mi cuerpo en onírica embriaguez,
imaginación que escapa,
escapa de ti,
esto es lo que me dejas?
No fui digno del sol,
no lo fui de tu piel.

Solo pasado que olvidar,
sin remordimientos,
mas este presente me oprime,
tengo este regalo,
mis manos,
servirán ellas para tapar mis ojos,
para apagar conversaciones
que escupen codiciosas bocas.

Indigno de este lugar
mancha en impoluto blanco
tanto que sangran mis ojos.
Deja algo de fuerza en mis manos,
un momento, nada más,
y volverá el blanco a este lugar.

Corres,
crees que lo haces por mí,
mal funciona tu cabeza,
equivocado tu corazón.
solo lo haces por ti,
deseas  saborear
esa mentira de sentirte
por encima de los demás.

Eres maldita rastrera,
en maldita tierra,
no te acerques,
nauseabundo tu olor,
robara mi sueño.
Quédate allí afuera,
junto a la dama de negros velos.

Solo unos minutos más,
y dejare este espacio,
que no me desea,
que aborrezco.
Arranco mis entrañas
por una sonrisa de tu arcillosa cara,
solo he ganado un golpe de tu espalda
directo a mis ojos.

Devoro mis ojos,
ya no han de servirme,
y tú sonríes,
puedo escucharlo,
arrancas mi corazón
y ríes.
No puedo verlo,
bendición.
Vete, déjame ir,
mis fuerzan se agotan,
y debo limpiarme de este lugar.

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