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Olvido(X)



Reveladoras aves muertas,
celestial lecho
les es arrebatado,
todo ese tiempo acariciándolo
abrazándolo,
todo ese tiempo desperdiciado.

Se les ofrece la putrefacta tierra,
sobre la que débiles y humillados,
demonios y maldecidos,
caminan y caminan.
Donde el inocente,
donde el magnánimo,
son pequeñas gotas de agua,
en este desierto.

Serpientes reptando
devorando,
serpientes aplastadas por impiadosos pies.
Aquí el amanecer
trae consigo la muerte.
La luz,
despierta a los gigantes de roca.
Aquellos, que creímos dormidos
eternamente.

Vida que poco satisface,
muerte en manos de los brujos,
personajes malditos,
alimentados por el miedo,
muerte que tanto deseas ser temida,
ya no lo eres tanto.

Los dolores del cuerpo,
huesos que escapan de esta piel,
mente que ya se ha ido,
ya no hay temor,
pues la consciencia es lo primero que desaparece.
El conocimiento de tu presencia,
ya nada produce en tu presa.

El dolor es anterior,
lo mismo el temor,
el olvidado beso de muérdago,
el roce de aquella tersa piel,
la luz de sus ojos,
aquellos en donde me sumergía,
cuerpo y alma,
en manos de otro ser.

El vacío del deseo,
de ser deseado,
el olvido de tu voz
el olvido de las sensaciones,
allí reside mi temor,
en el olvido,
en el ya no tener ayer,
y hoy, se ha terminado.

E.I.

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  Como ha de ser posible que la cumbre del dolor no sea física, la carne se desvanece en el abre y cierra de una estrella moribunda.   Si recorres este tramo final junto a mí, podría decirte, pequeña noche, que te extraño, pero no he sido tocado por ese tipo de sentimiento o sensación, lo que siento es dolor, en otra dimensión de este cuerpo, de esta cabeza que dirige.   Atrás quedaron los días en que mi cuerpo vencía furiosos ríos, caídas en rocosas montañas, atrás quedaron, porque me los has robado, solo me queda la ceniza de algo, y la nada, soy tan ignorante que no me queda nada.   Te rodeo para ver lo pálido de tus ojos sin vida, descubro, que tienes dos espaldas para darme, el sabor amargo no se va, todo es normal, normal, estos Domingos de caída infinita, vacíos que jamás serán llenados.   Escapar no es una opción, dormir, quizá, solo si marcas una cruz en mi frente, solo si incendias el lecho, solo si el viento sopla,