Furia
Desastre, el cielo en llamas, cae sobre los cuerpos, nada detiene la
furia desatada.
Parece ya, que el infierno ascendió a los cielos y ha expulsado
violentamente a los ángeles guardianes, y estos caen con furia a la tierra, ya
que sus alas han sido desgarradas ferozmente por los demonios.
Un infierno, despedazando al cielo sin piedad, cayendo sobre las cabezas
de los hombres, nadie está excluido de la furia, todos, todos por igual,
recibiendo esta enorme tormenta.
Sin embargo, los animales, duermen, las aves, observan.
El resto, recorre los escombros, caminan, sin darle mucha importancia a
lo que sucede, el fuego no los toca.
El fuego no los toca, pues, son puros.
El fuego purifica, solo consumen a aquellos que saciaron su sed bebiendo
de los ríos del infierno.
Cuanto tiempo creyendo que el infierno se encuentra debajo de los pies,
algunas veces, arriba. Pero en realidad, está aquí, frente a frente, lo
ignoramos, y esa indiferencia ha costado caro.
Sabíamos que tarde o temprano el fuego nos consumiría.
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