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Mar

Un mar negro,

un mar que no sabe de piedad,
hamacando cadáveres,
un mar
que no se deja beber,
y a sus orillas
mueren de sed.
Todos aquellos
que se han extraviado,
extasiados por el infinito horizonte,
todos
mueren a tus pies.

La resaca de este mar
son los cuerpos
de las almas que se han ido,
que se han perdido,
por allí,
embelesadas por alguna mentira,
por algún demonio
disfrazado de ángel,
o ángeles con pieles
de demonios.

Perdida la mirada,
perdida la sangre,
por tus ojos cae,
se pierde en el negro mar,
en el negro profundo de tus ojos,
el corazón explota,
la mente enloquece,
y en la furia de ola
el cuerpo es devorado.


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