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Comprender



Que complejo es entender el paso del tiempo,

más aun, cuando este jamás se detiene,
en cuanto me disponía a gritar “eureka!”
todo había cambiado ante mí,
mi glorioso conocimiento, era, en realidad
la más completa ignorancia.

Y tú, cambiabas con él,
cambiabas, aún más que el,
seguirte me era inútil
pues siempre, me veía alejado de ti,
por aquello, me mantenía inerte
y desde mi lugar veía tu ir y venir.

Este sentimiento de lejanía,
impotente me hacías sentir,
el frio sillón de tu living,
la obscura habitación que nos vio jugar,
pero la diversión estaba ciega.
Imprimo en mí
el pensamiento
de que nunca fui nada para ti.

Recorres mi cabeza de principio a fin,
todo el tiempo, dormido o despierto,
no te agotas en tu enmienda,
más yo, caía pesadamente ante ti.
Volvía a ser el idiota que aprende demasiado tarde,
tiempo impiadoso que castiga mi ignorancia,
y tú, que no paras de correr.

Ya no veo la importancia
en esforzarme por comprender,
a veces el dolor es el principio de un gran placer,
entonces,
me recuesto en el frio sillón
esperando que cierren mis heridas,
esperando, junto al vacío que deja tu cuerpo,
esperando, el placer más profundo y embriagador,
el esperar logra que el sueño me consuma.

Y espero por tu mano,
y tus labios besando mis heridas,
espero un susurro en mis oídos
que me ayude a despertar
Pero eres cruel,
tanto asi, como el mismísimo tiempo,
despierto y solo me encuentro,
tengo frio y no siento placer,
te has ido,
te has llevado todo contigo.

Te has llevado mi dolor,
que era mi pase al placer,
robaste el regocijo de mis ojos
cada vez que recorrían tu cuerpo,
despojado y solo en la obscura habitación,
y la diversión…, esta ciega.

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