Cadenas
Mientras la
tormenta se avecina,
los rostros ya
deformados
contra los fríos
vidrios que dan hacia ella,
esperando el
espectáculo,
horrorizados,
la ferocidad
del viento
alimentándose
de viejos árboles,
ausencia de
piedad en él.
El corazón,
jaula hirviente
alma ahogada
silla que
tiembla,
cada trueno
cala hasta los
huesos,
las mentes
enloquecen,
las sogas
marcan ya los cuellos.
Ojos
ensangrentados, hinchados,
venas que se
muestran,
todo pende de
un sedoso
y débil hilo
todas estas
vidas,
pendiendo de él,
fuego, ríos
enloquecidos,
feroz el agua,
un cielo,
reflejando los mares.
Tu alma y dos
monedas,
la vida y dos
monedas,
se hunde la
daga
furiosa,
bañada en fuego,
en tu corazón,
por siempre,
hasta el fin,
el fin.
Libre
albedrio,
ese, con el
que se nos ha bendecido,
nada más que
una simple elección
blanco o
negro,
fuego o hielo
eterno,
respirar o no,
la mentira de
tu vida
el error del
milagro,
naces con
cadenas en tu cuello,
invisibles
cadenas,
dócil, débil cuello,
esas cadenas
te ahogaran,
no ahora, no
se mañana,
pero pronto,
pronto.
E.I.
http://poesiasoscuras.blogspot.com.ar
Comentarios