Relato XII
Fue la madrugada con más y calor y humedad que recuerde, fue la noche
anterior un derroche de energía y sentimientos, un derroche de imaginación,
deseos y artes ocultas, se mostraron esas partes que tenemos, pero ocultamos o
ni siquiera sabemos que están allí. Nuestros deseos más locos, nuestros
demonios internos, ocultos atrás de algún pensamiento, o de algo.
La tarde no fue poco menos, solo que durante esa luz que se iba
volviendo más tenue, más temerosa, siendo empujada par la obscura y espesa
noche, no se veían nuestros reflejos, reflejos que iban y venían a placer.
Pasaba la tarde entre vientos y pequeñas lloviznas, pasaba lentamente,
pero pasaba. La sed en esa soleada tarde era inmensa, saciarla no era tarea
fácil, ni siquiera lo fue durante la mañana, pero aún hablo de la tarde, aún recorremos
esas calles, de la noche me he guardado casi todo, pues solo ella sabe, y en
ella queda.
Mientras las almas, las miradas y los sueños se chocan, y en ese mismo
lugar también se esquivan, sucede lo inesperado, lo que nadie, yo al menos,
entiende.
Lugar, para algunos mágico, para otros, solo lugar de paso, solo pérdida
de preciado tiempo, un lugar que guarda recuerdos e imágenes que creían nunca
jamás volver a sentir, o revivir.
Momentos en los que no se piensa en nada en específico, mis pensamientos,
que puedo decir, nada en particular, nada científico, nada complicado, nada
real, solo unos pensamientos sobre los sueños que últimamente he tenido, un
repaso, borroso, pues mis sueños lo son, borrosos y peligrosos en algunos
pasajes.
Pienso en aquellos ojos que soñé, pienso en porque me ahogo en ellos,
porque ellos se ahogan en sí mismos, los tuyos.
Se ahogan en lágrimas que no puedo detener, tampoco tú puedes, y te
ahogas en ellas.
Mis ojos solo ven puertas de salida, ninguna para entrar. Solo salidas.
La luna aún se viste destellante, sus mejores ropas de noche, arrastra
su velo por sobre un violento mar y solo puede verse opacada por los
enceguecedores rayos que suben, quieren taparte, pero solo logran que brilles
aún más.
En el extremo de un eterno puente, al lado del río que hará que todo
olvides, puedo verte, cerca ya, de beber de sus aguas, mezcladas con el agua de
tus ojos. Hay corazones que se quiebran ante semejante escena, y se hielan, ya
no recuerdan como latir, como cruzar el puente.
Más atrás me veo, y, sin embargo, estoy en el medio de este pequeño
puente, que siento, tiembla bajo mis pies, el miedo me invade, ahora veo miles
de ojos sobre mí, y en ellos pueden distinguirse diferentes sentimientos, no
voy a ahondar en eso, pero puedo verlos y sentirlos sobre mí, aún, avanzo, aún
me muevo, espero pronto ser uno, pero mi cuerpo ha decidido abandonarme, me
arrastro ahora, tú ya bebes, tus lágrimas mezcladas con el agua dulce del río.
Cuando a ti llego, ya has olvidado, me has olvidado, tus ojos secos, ya
no me ven, se han ido, y yo separado de mi cuerpo, casi un fantasma, no se
volver, no puedo volver, me he quedado aquí, del otro lado, mientras mi
traicionero cuerpo, la carne y sus huesos, están allá, lejos, quietos, solo
llega a mí el calor de un abrazo y el susurro de algunas palabras en tu oído,
es mi cuerpo y aún puedo sentirlo, puedo verlo abandonarme.
Sin más, me siento a las orillas del río, pues una anima ya no siente, y
pensamientos recorren mi cabeza, nada real, nada vivo, solo son mis ojos y los
tuyos, ya puedo ver a través de ellos, puedo sentir a través de ellos, y siento
paz. En mis ojos, ya es borroso el paisaje, ojos de anima, ojos muertos, solo
veo salidas y un río.
En sus orillas aún descansa este espectro, y allí mismo un árbol busca
abrirse camino hacia el cielo, lo dejo atravesarme, lo dejo y en él me dejo
absorber, soy nada, soy tierra, ya no he de sentir y este, mi árbol, sus raíces
han de beber del río del olvido, misma agua que me atraviesa y me evapora, ya
no soy, pero algo continúa, he olvidado mis raíces mortales, soy otra cosa, me
despido sabiendo que lo último que has dejado fue un sentimiento de paz. Me
despido pensando, que ya no puedo pensar.
E.I.
poesiasoscuras.blogspot.com.ar
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