El que reina

Fin.

quien te necesita,
la noche
asoma su final en la montaña,
pero…
no deseo tu fin,
noche,
acógeme en tus negros mantos
arrópame,
dame sueños,
miénteme,
no dejes que los embriagadores licores,
esos, que solo tú posees
lleguen a secarse,
noche,
no digas adiós,
pues puede ser el último que me des.

Noche,
tanto tiempo de rodillas pidiendo por ti,
llegas,
y tan pronto te vas,
derramo una lágrima por ti
cada vez que siento que desapareces,
mi corazón ya no late,
me quiebro al ver tu partida,
por favor,
obscurece estos ojos,
tristes, cansados, abrumados,
no me dejes con el día,
no deseo ver
lo que consigo trae,
noche,
por favor,
embriágame
y no me dejes oír tu adiós,
embriágame y arrópame
déjame dormir contigo
por siempre
por siempre.

E.I.

poesiasoscuras.blogspot.com.ar

Comentarios

Ivan Alsace dijo…
Por siempre la oscuridad, un estado de arropaje eterno que los símbolos profundos son capaces de evocar y mantener

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